¡Conseguido! 1.000 kilómetros recorridos en 24 maratones durante el mes de octubre

Bathalapalli, junto a la tumba de Vicente Ferrer. «No es el final sino el principio de una carrera que tenemos que correr todos juntos«, escribió Faustino una vez completado el reto de haber corrido una maratón diaria hasta completar los 1.000 kilómetros en la India durante el mes de octubre.

Y Juan Manuel nos traslada este último relato:

«Etapa 24. Nunca sentimos que corriéramos solos. Intensa y emotiva llegada, recuperación y pequeña cena de celebración en la habitación. Última etapa, un trayecto conocido, temperatura agradable y nuestra única duda era si la recuperación del día anterior, si el esfuerzo de la fisioterapeuta de toda la tarde anterior nos permitirán afrontar esta etapa con solvencia, teniendo en cuenta el estado físico en el que estábamos.

Nos acompañaron dos vehículos de la FVF durante todo el trayecto, en ellos iban el equipo que nos habían acompañado durante los últimos días, además de la fisioterapeuta. Jaime equipado con agua, fruta y algo de equipamiento sanitario, pero sobre todo con la ilusión, ganas, entusiasmo que nos trasladaban en cada zancada que damos.

Salimos del campus principal con la fuerza que da, pasamos por el otro campus de deporte, le escuela profesional, la escuela inclusiva, aldeas… Los que habéis podido viajara  Anantapur conocéis la energía positiva que se transmite en estos lugares. El equipo de apoyo siempre junto a nosotros, animando, con música, aplausos y, poco a  poco, nos movimos hacia los últimos 12 kilómetros donde comenzó nuestra cuenta atrás para completar esos 1.000 kilómetros.

Recordando el inicio de este proyecto, la familia, los amigos y gente que sin conocernos nos han ido enviando mensajes de ánimo y apoyo, también las imágenes del viaje, rostros y realidades que dan más sentido que nunca a nuestra iniciativa 1km1vida.

Cuando nos dimos cuenta estábamos en Bathalapalli, a poco más de 500 metros un giro a la derecha y entrada en el complejo hospitalario de la FVF, nos esperaba muchísima gente, tambores, flores,…

Antes de entrar, Faustino, Jaime y yo nos cogimos de la mano y afrontamos esos primeros metros dentro del complejo, hasta alcanzar la tumba de Vicente Ferrer en la que han concluido nuestros 1.000 kilómetros en la India, para cumplir el sueño de muchas familias que nos necesitan en la aldea de Sundaraiah«.